Por: Ing. Fernando Padilla Farfán
Después de 26 años de estar al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, cae el todopoderoso líder Carlos Romero Deschamps; quien a su vez sustituye a Joaquín La Quina Hernández Galicia, cuando es enviado a la cárcel durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Desde que Romero Deschamps llegó a la secretaría general impuso el sello característico del autoritarismo y la impunidad. Ejerció el poder a plenitud y tuvo la protección política de varios presidentes de la República.
Él y su familia fueron duramente criticados por la opinión pública por la vida de excesos y dispendio del dinero que, aunque haya sido del sindicato, no dejaba de ser recurso público, del pueblo de México.
Destacó como senador, pero por su improductividad y ausencias. Ha sido un hombre de “gustos simples” como él mismo se definía. Solo que la simpleza de sus gustos eran autos Ferrari, relojes de oro de 18 quilates, yates de varios millones de dólares y departamentos de lujo en Miami.
En la memoria de los mexicanos quedan aquellas insultantes imágenes en las que se ve a su hija presumiendo a sus perros cuando los paseaba en avión privado. O aquel video que personas de Mónaco tomaron de su hijo cuando abordaba su Ferrari bañado en oro.
Romero Deschamps fue uno de los símbolos de la corrupción que acompañaron al presidente Enrique Peña Nieto, durante toda su administración.
Desde hace muchas décadas, el sindicato petrolero ha financiado campañas a todo tipo de cargos; desde municipales, estatales o federales. El principal requisito a cubrir para conseguir los beneficios del poderoso sindicato, era haber gozado de la amistad del líder máximo o de alguno de sus allegados.
Los medios de comunicación han dado cuenta que para la campaña de Peña Nieto para presidente de la República, funcionarios de la paraestatal PEMEX, en confabulación con el sindicato de Romero Deschamps, pasaron la charola a contratistas a fin de reunir cuando menos dos mil millones de pesos; más lo que el líder petrolero entregó a la coordinación de la campaña.
La influencia del depuesto líder en la paraestatal PEMEX, era considerable. Podía influir en el otorgamiento de contratos a quien estuviera dispuesto a cumplir con los correspondientes moches para él y sus allegados.
La cordialidad entre el presidente López Obrador y el líder petrolero sufrió una fractura cuando fue detenido su amigo y socio, el abogado Juan Collado, mientras ambos comían en un restaurante de la ciudad de México. La especulación de que el ex secretario General del STPRM fuese detenido, creció cuando otros invitados a la boda de la hija de Juan collado, como el Ministro Eduardo Medina Mora, que prefirió renunciar a su cargo para detener una investigación en su contra; y Rosario Robles Berlanga, detenida por la supuesta comisión de algunos delitos.
A Romero Deschamps le faltaban cuatro años para concluir su periodo al frente del organismo sindical. Sin embargo, las denuncias presentadas en su contra ante la FGR, lo obligaron a renunciar para enfrentar los cargos que le imputan.
Carlos Romero Deschamps consolidó su poderío sindical con gobiernos priistas. Sin embargo, estableció nexos de armonía con los gobiernos panistas de Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa.
Con la renuncia de Carlos Romero, se cierra el ciclo de los sindicatos poderosos que, en ocasiones, ponían en un predicamento a los gobiernos en turno. Hubo quienes prefirieron negociar el voto corporativo de sus agremiados, a cambio de impunidad.
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