Líderes empresariales estadounidenses y mexicanos dijeron el miércoles que sería mejor vivir sin el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que someterse a un mal acuerdo, mientras la industria se prepara para el posible final de un pacto que mueve un billón de dólares en comercio al año.
México, Canadá y empresas con presencia en ambas naciones han expresado su oposición a una serie de propuestas radicales de Estados Unidos que, según dicen, podrían dañar a la economía norteamericana.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles que estaría abierto a pactos comerciales bilaterales con México o Canadá si no se puede llegar a un acuerdo para modernizar sustancialmente el TLCAN, vigente desde 1994.
«Estamos mucho peor con un mal acuerdo que sin un acuerdo», dijo Guillermo Vogel, vicepresidente de la siderúrgica Tenaris y quien copresidió el encuentro en Ciudad de México.
El encuentro se realizó en paralelo al inicio en Washington de la cuarta ronda de negociaciones para actualizar el pacto.
La reunión, parte del bilateral «diálogo de CEOs» que se reúne un par de veces al año, incluyó un debate a puertas cerradas sobre la renegociación del TLCAN con el canciller Luis Videgaray, y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Del lado de Estados Unidos, el evento fue encabezado por el CEO de Fedex Freight, Michael Ducker, y el presidente de la Cámara de Comercio estadounidense, Thomas Donahue.
Los organizadores del encuentro declinaron revelar la lista de asistentes. American Express, AT&T, GM y Delta figuraban en el material publicitario que se distribuyó sobre un evento organizado el martes por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en México, donde Donahue advirtió que varias propuestas estadounidenses en las negociaciones del TLCAN eran «píldoras venenosas» que amenazaban al pacto.
La renegociación del TLCAN se ha vuelto cada vez más agria, ya que México acusa a Trump de librar una «guerra proteccionista» con propuestas que incluyen eliminar mecanismos de resolución de disputas, limitar el comercio de productos frescos y fijar una cantidad mínima de contenido estadounidense en automóviles.
Aunque una salida del TLCAN sería mejor que un mal acuerdo, Vogel advirtió que el colapso del pacto representaría un escenario donde «todas las partes perderían», y que el intercambio entre Estados Unidos y México sin él podría llevar a un déficit comercial estadounidense mayor a los 64 mil millones de dólares actuales.
«El enfoque claro fue tenemos que mandar la señal, los mensajes a todas las diferentes contrapartes del error que sería cancelar el TLCAN o hacer un mal TLCAN», dijo Vogel en entrevista con Reuters.
Vogel dijo que las reglas de contenido de las autopartes es un tema que aún se puede negociar, a pesar de la conmoción que suscitó en México la sugerencia de que la mitad de todos los componentes de los automóviles deberían fabricarse en Estados Unidos.
El martes, Donahue también destacó una «cláusula de extinción» que terminaría automáticamente el TLCAN cada cinco años a menos que se realicen nuevas negociaciones.
«Claramente, una cláusula que cancela el acuerdo cada cinco años le quita todos los dientes al acuerdo como tal», dijo Vogel. «Comenzar a jugar con una economía que no es de mercado sería terrible para nosotros», agregó.
Vogel dijo que las empresas estadounidenses y mexicanas aún creen que las negociaciones del TLCAN producirán un buen acuerdo y dijeron que seguirán presionando a sus gobiernos y legisladores para lograr este objetivo.