Se trata de un gen misterioso llamado ORF3d y encontrado dentro de otro gen en el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19 y de la actual pandemia.
Este fue descubierto por un grupo de científicos liderados por el investigador Chase Nelson, del Instituto de Genómica Comparada del Museo de Historia Natural de Nueva York, Estados Unidos.
Si bien queda por investigar la función específica de este gen superpuesto, como también se le conoce, los investigadores consideran que descubrir este tipo de genes «puede revelar nuevas vías de control para el virus, por ejemplo, medicamentos antivirales».
Tampoco descartan que este gen pudiese contribuir a la biología única del virus y su potencial pandémico.
Los hallazgos fueron publicados en la revista científica eLife.
Por qué importa este descubrimiento
Desde que se desató la pandemia, científicos de todo el mundo se han puesto manos a la obra para comprender mejor el virus y así acertar en la labor de contención.
De acuerdo al estudio liderado por Nelson, para responder a todas las preguntas que deja el coronavirus es necesario entender los genomas virales con precisión y amplitud.
«Los genes superpuestos son quizá una de las formas en que los coronavirus han evolucionado para replicarse de forma eficiente, frustrar la inmunidad del infectado y transmitirse», declaró Nelson.
Un gen superpuesto permanece oculto en una cadena de nucleótidos debido a la forma en que se superpone a las secuencias codificadas de otros genes.
Según el estudio, estos genes son difíciles de identificar, ya que la mayoría de programas informáticos científicos no están diseñados para encontrarlos. Sin embargo, son comunes dentro de los virus.
«Debido al tamaño de su genoma, el SARS-CoV-2 y sus parecidos se encuentran entre los virus ARN más largos que existen. Quizás sean más propensos a contener este ‘engaño genómico'», añade Nelson.
Qué se sabe sobre la función de este gen
Como este gen oculto fue descubierto recientemente se necesita más investigación para conocer todas sus implicaciones.
«Aún desconocemos su función y significado clínico, pero predecimos que es relativamente improbable que este gen sea detectado por la respuesta de las células T, al contrario que una respuesta de anticuerpos», comenta Nelson.
Las células T son una especie de células inmunes, cuyo principal propósito es identificar y matar a patógenos invasores o células infectadas.
Lo hacen utilizando proteínas en su superficie, que a su vez pueden adherirse a proteínas en la superficie de estos impostores.
Los investigadores también descubrieron este gen en el coronavirus de un pangolín, lo cual podría reflejar pérdidas y ganancias de este gen durante la evolución del SARS-Cov-2 y otros virus parecidos.
El estudio concluyó la necesidad de ahondar más en el descubrimiento, ya que «los genes superpuestos son una parte importante de la biología viral y merecen mayor atención».