La agencia espacial rusa, Roskosmos, anunció este martes la firma de un memorando con China para construir conjuntamente una estación «en la superficie o en la órbita» de la Luna, en tanto se concentran las nuevas ambiciones en Marte.
En un comunicado, Roskosmos precisó que el proyecto de «Estación científica lunar internacional» con la agencia espacial china (CNSA) estará abierto a «todos los países interesados y socios internacionales», sobre la base de «beneficios compartidos».
No obstante, el texto conjunto no precisa ningún calendario, ni los montos invertidos o a invertir para esta iniciativa.
Según Moscú, Rusia y China establecerán una «hoja de ruta» y tendrán una «estrecha colaboración» para llevar a buen término el proyecto.
«La Estación Científica Lunar Internacional consiste en un conjunto de herramientas experimentales de investigación creados en la superficie o en órbita de la Luna y diseñados para realizar trabajos multidisciplinarios», precisó el comunicado.
Este anuncio ocurre en momentos en que Rusia parece estar a la zaga de los numerosos proyectos espaciales de otros Estados o empresas privadas.
Muchos programas que tiene por objetivo la Luna son considerados además como bancos de prueba hacia Marte, del mismo modo que el estadounidense Artemisa.
Objetivo: Marte
El año pasado, Rusia perdió su monopolio de los vuelos tripulados hacia la Estación Espacial Internacional tras la primera misión este tipo realizada con éxito por la empresa estadounidense Space X.
Respecto al proyecto sino-ruso, la agencia rusa señala que también debe permitir evaluar tecnologías que den cabida a operaciones «no tripuladas», con miras a la presencia humana en la Luna.
Por su parte, la CNSA subrayó que su objetivo será «fomentar la exploración pacífica y la utilización del espacio por toda la humanidad».
Este martes, en un tuit, el director de Roskosmos, Dmitry Rogozin, invitó a Zhang Kejian, su par de la CNSA, a presenciar en octubre el lanzamiento del módulo de descenso lunar Luna 25
Aunque se beneficia de una muy amplia experiencia, que data de la era soviética, el sector espacial ruso enfrenta dificultades para innovar, así como problemas de financiación y otros vinculados a la corrupción.
De concretarse, este nuevo proyecto lunar podría reimpulsar a Moscú en la carrera espacial con el apoyo de un socio que no oculta sus ambiciones enormes en este ámbito.
A mediados de febrero, China puso su sonda «Tianwen-1» en órbita alrededor de Marte, una novedad para este país, concretada casi siete meses después del lanzamiento realizado en julio.
En diciembre, también informó que recogió muestras del suelo lunar, en una primera misión de esta características en más de 40 años.
Por su parte, Estados Unidos, país con el que Rusia mantiene una buena colaboración en el sector espacial, logró con éxito a fines de febrero posar un quinto ‘rover’ en la superficie de Marte.
Bajo la administración del expresidente Donald Trump, Washington había anunciado el regreso estadounidense a la Luna para 2024, en el marco del programa Artemisa, pero su sucesor, Joe Biden, aún no ha anunciado sus prioridades en lo que concierne a la exploración espacial.