Casi la mitad de los españoles pierde algo al menos una vez por semana, según un estudio de Ikea. El tiempo que tardan en encontrarlo oscila entre uno y 10 minutos. Aunque a priori estas cifras no parecen demasiado alarmantes, Ikea ha calculado que a lo largo de su vida pasan seis meses y medio buscando sus pertenencias. O lo que es lo mismo: casi 5.000 horas. Para conseguir que este tiempo sea menor y encontrar objetos personales fácilmente, existen diferentes dispositivos de localización. Es el caso del Samsung Galaxy SmartTag, presentado por la compañía surcoreana en enero.
EL PAÍS ha probado durante unos días este dispositivo, que cuesta unos 40 euros y pretende hacer frente a los aparatos de Tile y a los rumoreados AirTags de Apple. El aparato, que es negro y tiene forma cuadrangular, es simple, suave y pequeño. Sus laterales no alcanzan los cuatro centímetros y pesa 13 gramos. Está pensado para ser utilizado como un llavero y así poder localizar objetos no conectados: desde una mochila o unas llaves hasta el coche o incluso a un perro. Bastaría con colocar el aparato en el collar de la mascota para saber dónde se encuentra.
El primer paso para utilizarlo es conectarlo al smartphone. La principal limitación de este dispositivo es que solo es compatible con teléfonos inteligentes de Samsung. A diferencia de otros rastreadores similares como Tile, el Galaxy SmartTag no se puede utilizar con ningún otro teléfono Android y mucho menos con un iPhone. Si se tiene un móvil Samsung, solo hay que apretar en la parte trasera del SmartTag. Tras hacerlo, una ventana emergente sugiere al usuario añadir el dispositivo a la app SmartThings.
El aparato funciona con bluetooth y permite localizar objetos a unos 120 metros de distancia, aunque dependerá de los obstáculos que haya por el camino, según Samsung. El usuario puede consultar en la app SmartThings la ubicación del dispositivo en un mapa. Si bien los resultados que ofrece la aplicación son bastante precisos, en las pruebas realizadas por este periódico a veces se indicaba que el Galaxy SmartTag estaba en el edificio de al lado.
Como si de una búsqueda del tesoro se tratase, una función llamada “buscar cerca” informa al usuario según se mueve de si se va alejando o se va acercando al dispositivo. Lo hace midiendo la intensidad de la señal. Hay otra opción llamada “navegar” que permite seguir un trayecto hacia el lugar en el que se encuentra el Galaxy SmartTag. Pero probablemente la función más útil, especialmente si se pierde un objeto en un espacio cerrado, sea la de hacer sonar el dispositivo, que es bastante ruidoso. El usuario puede escoger entre dos volúmenes y 10 melodías metálicas y penetrantes para encontrar sus pertenencias. Esta función puede ser útil por ejemplo para encontrar unas llaves guardadas en un cajón o un bolsillo o ocultas debajo de una pila de ropa.
En el caso de que el dispositivo esté más lejos, Samsung no hace un seguimiento en tiempo real de la ubicación. Es decir, el usuario no va a poder ver un punto en un mapa que se mueve con precisión si, por ejemplo, le roban la mochila. Aun así, el fabricante permite recurrir a la red Galaxy Find. “Muestra la ubicación de tu localizador en un mapa para que otros usuarios de Galaxy puedan ayudarte si lo pierdes”, indica la compañía. El dispositivo emite una señal que puede ser detectada también por otros dispositivos de Samsung con la aplicación SmartThings instalada. La marca surcoreana asegura que todos los datos del usuario de SmartThings Find están encriptados y protegidos de forma segura.
Además de para ser localizado, el dispositivo también está pensado para encontrar un móvil o una tableta. Si se activa dicha función, al pulsar dos veces en el localizador, el móvil comenzará a sonar. El Galaxy SmartTag también puede utilizarse para controlar de forma remota los dispositivos inteligentes en el hogar. A través de la aplicación SmartThings, los usuarios pueden configurar las funciones que se ejecutarán cuando se presione brevemente el botón del aparato. Por ejemplo, pueden escoger si encender la luz, cambiar la temperatura o apagar el purificador de aire. Eso sí, los dispositivos inteligentes de la casa tienen que estar registrados dentro de la aplicación de SmartThings para poder utilizarse.
La batería de este dispositivo es intercambiable y dura hasta 300 días, según Samsung. No obstante, su vida útil puede variar según el patrón de uso de los usuarios. Con este aparato, la marca surcoreana pretende expandir aún más su ecosistema de dispositivos conectados. Y no tiene intención de parar. De hecho, planea lanzar próximamente otro dispositivo más potente llamado SmartTag+ que utiliza tecnología UWB (banda ultraancha).