Un equipo de investigadores mexicanos aseguró este martes que existen evidencias geológicas, mineralógicas y estratigráficas que refuerzan la hipótesis de que los dinosaurios no se extinguieron por la caída de un meteorito, sino que la zona del supuesto impacto conservación de restos de una erupción volcánica.
En un artículo publicado en la Gaceta Gondwana, revista de la Asociación Mexicana de Geólogos Petroleros, un grupo de trabajo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) expuso que en la zona de Chicxulub, en la península de Yucatán, se registró un «evento volcánico subacuático «que coinciden con el fin de la era de los dinosaurios, al final del periodo Cretácico.
“El estudio de la secuencia de rocas carbonatadas de origen marino transicionales en la zona de contacto entre el Cretácico-Paleoceno no arroja ninguna evidencia geológica relacionada con el supuesto impacto de un cuerpo litológico extraterrestre en la región, incluido el iridio, lo que nos lleva a replantear seriamente el mito del meteorito de Chicxulub ”, expuso en un boletín el doctor Abelardo Cantú, coautor de la investigación.
La hipótesis que hasta ahora genera más consenso en la comunidad científica para explicar la quinta extinción masiva de la Tierra es el impacto de una enorme roca en Chicxulub, que habría tenido una potencia equivalente a 10 mil millones de bombas atómicas como la de Hiroshima.
Pero en la zona del supuesto impacto, según Cantú, con un registro geofísico de 1.200 metros de profundidad se observa la presencia de sedimentos de origen volcánico, como son cenizas, lavas, vidrio volcánico y bentonita, entre otros.
El catedrático del IPN, pionero en el estudio de fósiles de pozos petroleros de México, atribuyó la extinción de especies vegetales y animales sucedida en ese período, entre ella la de los dinosaurios, a causas evolutivas y cuestiones biológicas.
El artículo científico publicado en la Gaceta Gondwana presenta investigaciones del material proveniente de más de 100 pozos petroleros perforados por Petróleos Mexicanos (Pemex) al sur del Golfo de México, algunos de ellos ubicados justo en la zona del supuesto impacto, mantuvieron en el boletín Juan Carlos Zarazúa, coautor del escrito junto a Abelardo Cantú.